Reflexión personal:
Me gustaría comenzar esta reflexión con un párrafo muy interesante que descubrí en la página web de Microemprendimientos Solidarios(http://www.latice.org/funk/es/mssept08.html):
“La discapacidad, no es solamente un problema de quien la sufre, ni de su familia, ni de su entorno, sino que es un problema indelegable y exclusivo de toda la sociedad es un problema social, por lo tanto toda la comunidad en su conjunto, debe aprender a convivir con sus miembros diferentes, y tratar de apoyarlos resilientemente para que logren ser autosuficientes, que ellos adviertan que se le reconoce su valor social, y que son aceptados y ayudados por la comunidad que lo rodea…”
Entonces, a partir de este párrafo me gustaría comenzar a generar algunas interrogantes como: ¿Qué hace nuestra sociedad por apoyar a estas personas? ¿Cómo podríamos nosotros como docentes aportar a una mejor calidad de educación para ellos? ¿Cuál es la responsabilidad de los miembros de la familia de estas personas?....
Y es que en realidad, vivimos en un mundo donde somos distintos todos y todas, cada uno de los que formamos parte de ella y tenemos la necesidad de ser aceptados; y en el caso de las personas con discapacidades motoras es igual; solamente que nuestra sociedad necesita ser educada en este sentido.
En realidad, la sociedad costarricense podría ser más integradora en el campo educativo, si tan solo, se capacitara al docente para ser de soporte en los procesos del estudiante con necesidades especiales.
Ante la situación social actual, debemos tener una visión positiva y emprendedora para crear espacios de integración y apoyo a las personas con discapacidad motora, porque nos necesitan…
EL SUEÑO MARAVILLOSO |
Soñé un mundo maravilloso, maravilloso y real, donde todo era alegría; donde nadie estaba mal. Soñé un mundo maravilloso que de a poco se formó; una esperanza dormida que de pronto despertó. Soñé un mundo maravilloso y lo soñé sin darme cuenta; donde el blanco con el negro ya no tienen diferencias. Soñé un mundo maravilloso y el mismo esta aún en mi memoria. Allí no existe pais alguno, todo es una sola cosa. Soñé un mundo maravilloso tan grandioso como el alba, donde el Cielo habia caido y el cemento ya no estaba. Soñé un mundo maravilloso sin primaveras ni abriles, donde el tiempo era una ruta infinita de jardines. Soñé un mundo maravilloso en donde no se moria nadie. Allí todos se abrazaban a una vida perdurable. Soñé un mundo maravilloso; un lugar lleno de vida donde no habria gobernantes y el amor nos regiria. Soñé un mundo maravilloso; un mundo tuyo, un mundo mío; un mundo lleno de colores, ilusiones y caminos. Soñé un mundo maravilloso que invitaba a soñar más; era tan lleno de gozo que no osaba terminar. Soñé un mundo maravilloso sin religión que nos separe, donde todos escuchamos nuestros sanos ideales. Soñé un mundo maravilloso en que el vegetal es más feliz. Ya no hay humos que lo maten ni nada que lo haga sufrir. Soñé un mundo maravilloso sin posesiones ni barreras; cualquier problema era sujeto a resolverse con poemas. Soñé un mundo maravilloso, maravilloso y real, porque real es esta tierra donde lo habremos de crear. |
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